Reflexión sobre nuestro vídeo - Grupo: Marta Roche, Roser Bisquerra, Louisa Nelles y Anna Haas
Para
este trimestre, nuestro proyecto "audiovisual" ha sido
crear un vídeo a través de un poema. Mi grupo y yo tuvo que hacerlo
sobre un poema de Juan Ramón Jiménez: Estoy triste y mis
ojos no lloran. Este proyecto, que no ha sido nada fácil, ha
tenido (como todo) partes buenas y partes malas. Pero sin echarle
toda la culpa al proyecto, ha habido cosas que hemos hecho bien, y
otras que no. A continuación mi grupo y yo analizaremos estas cosas
y pensaremos una forma de que continúen así (si son buenas) y de
mejorarlas (si no lo son).
Comenzaremos
por lo que hemos hecho mal. La primera cosa a mejorar es la
comprensión del vídeo: es difícil entenderlo. Mientras lo hicimos,
no tuvimos en cuenta que el público no iba a saberse la historia por
lo que debía ser clara y sencilla. Primer error: no se nos ocurrió
pensar que ésta no fuese comprensible. La próxima vez nos
aseguraremos de que es fácil entenderla y que alguien que no se haya
leído la leyenda, el poema, la historia... pueda entenderlo.
Otra
cosa a mejorar es el tiempo. Aunque empezamos a trabajar con un mes
de antelación, o pensamos que este trabajo iba a necesitar entre
quince y veinticinco horas de trabajo. Cuando empezamos a hacerlo, no
tuvimos en cuenta los imprevistos como que una de nosotras no pudiese
quedar para trabajar en ello. La próxima vez empezaremos con más
tiempo y planificación.
Aunque
hay muchas cosas a mejorar de nuestro vídeo, lo que sí hemos hecho
bien ha sido la distribución de las tareas a hacer. Desde el
principio tuvimos muy claro qué personas iban a hacer qué, cuándo
lo iban a hacer, y cómo. La verdad es que distribuimos con mucha
facilidad los trabajos, y aunque hubo algunas modificaciones,
por lo general lo hicimos bien. Para repetir esto, se debe tener en
cuenta los puntos fuertes y débiles de cada componente del grupo
para poder decidir que tareas podría hacer mejor.
Por
último, otra cosa con la que mi grupo no tuvo problemas fue con
trabajar en equipo. Desde el principio tuvimos muy claro a qué nos
enfrentábamos y con quién. Todas escuchamos y aceptamos nuestras
ideas, y dijimos (con educación) si no nos gustaban o si se nos
ocurrían otras mejores. Tenemos que tener en cuenta que este trabajo
no se hace en una hora, ni en dos, ni en diez; por lo que mejor
llevarse bien durante su larga realización.
Como
conclusión, mi grupo ha acordado mejorar nuestros errores y
continuar haciendo bien lo que hasta ahora ha tenido un buen
resultado.